
La extracción de un diente o muela es un procedimiento común en odontología, ya sea por caries muy avanzadas, infección o porque se trataba de una muela del juicio sin espacio. Tras una extracción, es normal sentir molestias uno o dos días, pero ¿qué pasa si en lugar de mejorar, el dolor empeora intensamente a los pocos días de la cirugía?
Esa situación suele alarmar a los pacientes, y con razón, pues podría tratarse de una alveolitis post-extracción, también conocida comúnmente como "alveolo seco" o en inglés dry socket. En Movimiento Sonrisas hemos atendido casos de alveolitis en pacientes de Lima que llegan con dolor desesperante tras haberse sacado una muela días antes.
En este artículo explicaremos qué es la alveolitis post-extracción, por qué ocurre, cómo reconocer sus síntomas y qué tratamientos existen para aliviar el dolor y promover la curación. Hablaremos en un tono claro, como si su dentista de confianza le estuviera contando qué sucedió y cómo solucionarlo, para que se sienta tranquilo y bien informado.
¿Qué es la alveolitis post-extracción?
La alveolitis post-extracción es una complicación que puede ocurrir después de la extracción de un diente. Cuando un diente es removido, queda un hueco en el hueso llamado alveolo. Normalmente, tras la extracción, se forma un coágulo de sangre dentro de ese alveolo; ese coágulo es vital porque protege el hueso y los nervios subyacentes, y sirve de base para la formación de nuevo tejido de cicatrización. La alveolitis ocurre cuando el coágulo de sangre no se forma correctamente o se pierde demasiado pronto, dejando el alveolo expuesto. Sin el coágulo, el hueso y las terminaciones nerviosas en la zona quedan descubiertos al aire, la saliva y los alimentos, causando dolor intenso e inflamación.
Existen dos términos que quizás escuche:
- Alveolitis seca: se refiere a la condición típica de dry socket, donde el alveolo está literalmente "seco" porque falta el coágulo y no hay pus presente (es decir, no es una infección purulenta, sino una inflamación del hueso expuesto).
- Alveolitis húmeda (supurada): menos común, es cuando además del coágulo perdido hay infección con presencia de pus en el alveolo. Esta suele ser aún más dolorosa y requiere tratamiento antibiótico además del local.
En la gran mayoría de los casos de alveolitis post-extracción se trata del tipo seco, que si bien duele mucho, no implica una infección severa, sino un retraso en la curación normal.
¿Por qué ocurre la alveolitis? Causas y factores de riesgo
No todas las extracciones terminan en alveolitis; de hecho, es una minoría de casos (se estima alrededor del 2-5% de las extracciones, aunque en muelas del juicio inferiores el porcentaje puede ser mayor). Veamos las causas o factores que pueden contribuir a una alveolitis post-extracción:
- Pérdida prematura del coágulo por acciones del paciente: Esta es la causa más frecuente. Después de una extracción, el dentista da una serie de indicaciones: morder una gasa por cierto tiempo, no escupir vigorosamente, no enjuagarse con fuerza el mismo día, evitar fumar, no usar sorbetes (pajillas), etc. Todas estas precauciones tienen un propósito: no desalojar el coágulo. Si, por ejemplo, uno enjuaga la boca muy fuerte o escupe repetidamente justo después de la extracción, el coágulo recién formado puede desprenderse. Lo mismo puede ocurrir al succionar con una pajilla o al fumar, ya que la presión negativa en la boca puede "succionar" el coágulo fuera del alveolo. Fumar además tiene el doble efecto: el químico de la nicotina reduce la irrigación sanguínea en la zona, dificultando la formación del coágulo y la cicatrización.
- Extracción traumática o complicada: Algunas extracciones, en especial las de muelas del juicio inferiores o dientes con raíces muy largas o curvadas, son más difíciles y requieren mayor manipulación del hueso y tejidos. Este trauma quirúrgico mayor puede predisponer a alveolitis, en parte porque la vascularización local se ve afectada o porque el cuerpo tiene más dificultad para sanar rápidamente. Los cirujanos suelen tomar precauciones adicionales en estos casos, como curetear bien la zona y colocar medicaciones preventivas, pero aún así puede ocurrir.
- Infección preexistente: Si el diente removido tenía una infección fuerte (un absceso), ese entorno menos saludable puede interferir con la correcta coagulación. También, las bacterias presentes podrían disolver el coágulo prematuramente. Por eso, a veces en extracciones de dientes muy infectados se indica profilaxis con antibióticos o enjuagues antisépticos previos, para disminuir este riesgo.
- Pacientes de riesgo: Hay personas con mayor tendencia a alveolitis. Por ejemplo, los fumadores (como mencionamos), mujeres que toman anticonceptivos orales (se cree que los niveles hormonales pueden influir en la coagulación y fibrinólisis), pacientes con deficiente higiene bucal o historia de alveolitis previa. También la edad (adultos jóvenes tienen más riesgo que niños o adolescentes, en parte porque las muelas del juicio suelen afectarlos a ellos) y enfermedades sistémicas que retarden la cicatrización (diabetes no controlada, por ejemplo).
Algunas investigaciones sugieren que el enjuague vigoroso de la herida o escupir en exceso incluso días después puede afectar. Incluso alimentos pegajosos que pudieran meterse en el alveolo podrían, en teoría, desalojar el coágulo. En general, cualquier cosa que interfiera mecánicamente con el coágulo en los primeros días es un factor.
Síntomas de la alveolitis post-extracción
¿Cómo distinguir un dolor normal post-extracción de una alveolitis? Hay características muy claras:
- Dolor intenso que aparece 2-4 días después de la extracción: Es el síntoma cardinal. En un proceso normal, el dolor máximo suele ser en las primeras 24 horas y luego va disminuyendo cada día. En la alveolitis, muchos pacientes refieren que el primer día no fue tan malo, pero a partir del segundo o tercero el dolor empeoró mucho, a veces de forma súbita. Este dolor suele ser palpitante y puede irradiarse (extenderse) hacia el oído, la sien o la mandíbula en general, del lado de la extracción.
- Aliento desagradable y mal sabor de boca: Al estar el alveolo abierto, tienden a acumularse restos de comida y bacterias, generando mal olor. Muchos pacientes notan un sabor feo o metálico en la boca.
- Alveolo vacío al inspeccionar: Si la persona se mira al espejo (algo que no recomendamos hacer hurgando, pero visualmente puede notarse), verá que donde estaba el diente no hay un coágulo oscuro, sino un hueco vacío o con tejido grisáceo. A veces se llega a ver hueso expuesto, lo cual es una señal clara de alveolitis.
- Ausencia de inflamación notable en la cara: Curiosamente, a diferencia de una infección abscesal, la alveolitis normalmente NO causa mucha hinchazón en la mejilla ni fiebre. El problema está localizado en el alveolo. Puede haber ligera rojez o inflamación de la encía alrededor, pero no es típico ver la cara muy inflamada por alveolitis seca.
- Dolor no calmado con analgésicos habituales: El dolor de alveolitis suele ser bastante fuerte y los analgésicos comunes (paracetamol, ibuprofeno) a veces apenas lo alivian. Esta es otra pista de que podría estar ocurriendo esta complicación.
Estos síntomas suelen llevar al paciente de vuelta al consultorio dental en busca de ayuda, dado lo intenso del dolor.
Tratamiento de la alveolitis post-extracción
Si usted sospecha que padece alveolitis post-extracción, lo más importante es acudir a su dentista lo antes posible. El tratamiento es relativamente sencillo y proporciona alivio notable, pero es algo que debe realizar un profesional. ¿En qué consiste el tratamiento de la alveolitis?
- Limpieza del alveolo: El dentista primero examinará la zona para confirmar el diagnóstico. Luego procederá a enjuagar o irrigar suavemente el alveolo para eliminar cualquier resto de comida o bacterias acumuladas. Esto se suele hacer con solución salina estéril o clorhexidina (un antiséptico). Puede sentirse algo de molestia durante la irrigación, pero es un paso necesario para limpiar la herida.
- Colocación de medicamento en el alveolo: Este es el paso clave para el alivio. Tras la limpieza, el dentista colocará dentro del alveolo una medicación específica, generalmente en forma de apósito o gasa impregnada. Hay diferentes opciones, pero muchas contienen eugenol (un analgésico y antiséptico derivado del aceite de clavo) que ayuda a aliviar el dolor de manera casi inmediata al adormecer las terminaciones nerviosas expuestas. También pueden llevar antibiótico o sustancias balsámicas. Este apósito medicinal se coloca dentro del hueco y se deja allí.
- Alivio del dolor: Con el medicamento colocado, el paciente típicamente siente alivio del dolor en pocos minutos, o al menos una reducción significativa en la molestia dentro de la primera hora. El dentista puede recetarle analgésicos más fuertes para las siguientes 24-48 horas si lo considera necesario, pero muchos pacientes se sorprenden de cuánto mejora el dolor solo con el tratamiento local.
- Instrucciones de cuidado: Por lo general, ese apósito se deja en el alveolo y se cita al paciente para controles. A veces se reemplaza cada 2 días hasta que el dolor cede y el alveolo comienza a cubrirse de tejido de granulación (nuevo tejido de cicatrización). En otras ocasiones, se deja uno de esos apósitos y se cae solo a los pocos días. El dentista le indicará que mantenga una higiene suave en la zona (enjuagues muy suaves con agua salada tibia o clorhexidina a partir del día siguiente) y que evite fumar y esfuerzos físicos intensos mientras sana.
- Seguimiento: En aproximadamente una semana, la mayor parte de las alveolitis se resuelven. El dolor típicamente disminuye drásticamente después de 2-3 días de tratamiento y luego ya solo quedan molestias leves. Es importante acudir a las citas de revisión para asegurarse de que la zona está sanando correctamente y retirar o cambiar el apósito si fuese necesario.
En casos de alveolitis con infección (supurada), además de lo anterior, se receta un antibiótico sistémico y se vigila con más cuidado. Pero repetimos, la alveolitis seca (sin infección purulenta) es la más común.
No intente tratar una alveolitis usted mismo en casa. Muchas personas, al desconocer la causa del dolor, pueden enjuagarse con alcohol, agua oxigenada u otros remedios caseros que pueden empeorar la situación. Lo correcto es proteger el alveolo, no seguirlo exponiendo. Por eso, acudir al dentista es lo mejor; el alivio que se logra con el tratamiento apropiado es considerable y se evitan complicaciones mayores.
Prevención de la alveolitis post-extracción
Aunque no siempre se puede evitar (a veces pasa incluso tomando precauciones), hay medidas preventivas importantes para reducir la probabilidad de alveolitis después de una extracción:
- Siga al pie de la letra las indicaciones post-operatorias de su dentista. Esto incluye mantener la gasa mordida el tiempo indicado (por ejemplo, 30-45 minutos) para favorecer el coágulo, no enjuagar ni escupir fuerte el primer día, y alimentarse con comida blanda y tibia/fría las primeras horas.
- No fume ni consuma tabaco al menos por 3 a 4 días tras la extracción (y ojalá más). Este es el factor prevenible más importante. Aproveche ese evento para intentar dejar de fumar; su cuerpo se lo agradecerá de muchas formas.
- Evite el uso de sorbetes (pajillas) para beber líquidos y no haga succión intraoral (por ejemplo, no "chupetee" sopas ni haga buches fuertes).
- Mantenga una higiene oral suave pero presente: es un mito que no deba limpiarse los dientes tras una extracción. Sí debe hacerlo, pero con cuidado. Puede cepillarse los demás dientes normalmente, evitando la zona de la herida directamente el primer día. Al día siguiente, puede cepillar cercanamente con delicadeza, sin tocar el coágulo. Puede empezar a hacer enjuagues muy suaves con agua salada tibia desde el segundo día para mantener la herida limpia.
- Si le recetaron un enjuague antiséptico (como clorhexidina) o algún gel con antibiótico tópico, úselo según indicación. Esto ayuda a mantener la zona desinfectada.
- En extracciones complejas, algunos dentistas colocan un punto de sutura sobre el alveolo o un apósito medicado preventivo; confíe en esas medidas y acuda a retirarlos cuando se lo indiquen.
Recuerde que la mayoría de las extracciones sanan sin problemas en una o dos semanas. La alveolitis es solo un tropiezo en ese proceso de curación, pero con los cuidados adecuados, también termina sanando, solo que toma un poco más de tiempo y molestias.
Preguntas frecuentes sobre la alveolitis post-extracción
1. ¿Cómo diferenciar el dolor normal tras una extracción del dolor por alveolitis?
El dolor normal post-extracción suele ser manejable con analgésicos y disminuye cada día que pasa. En cambio, el dolor de la alveolitis es más intenso y aparece típicamente a partir del segundo o tercer día, cuando uno esperaría estar mejorando. Además, la alveolitis suele ir acompañada de mal sabor de boca y dolor que puede irradiar a zonas cercanas (oído, cabeza). Si usted nota que el dolor va en aumento en vez de mejorar después de la extracción, o que los analgésicos comunes no lo alivian, es una señal de alarma para posible alveolitis.
2. Me sacaron una muela y al tercer día el dolor es insoportable, ¿qué debo hacer?
No sufra innecesariamente: acuda al dentista lo antes posible. Probablemente se trate de una alveolitis y el alivio que puede darle el profesional es rápido. Mientras consigue la cita (idealmente de urgencia), puede tomar un analgésico fuerte que tenga a mano, pero evite enjuagarse con sustancias caseras. Mantenga la zona lo más tranquila posible. Una vez en el consultorio, el dentista limpiará y colocará un medicamento en el alveolo que calmará el dolor. No intente raspar ni chupar el alveolo por su cuenta, eso puede empeorar la situación.
3. Si ya tuve alveolitis una vez, ¿me volverá a pasar en futuras extracciones?
Haber pasado por una alveolitis puede indicar que usted es más susceptible a ella (por ejemplo, si fuma o si su coagulación es más lenta). Sin embargo, no es un hecho que le ocurrirá de nuevo. Lo ideal es que, informándole a su dentista de su antecedente, se tomen medidas adicionales de prevención en las futuras extracciones: planificar la cirugía con delicadeza, quizás aplicar factores de cicatrización en el alveolo, dar medicación preventiva, etc., y por supuesto, usted deberá ser muy estricto con los cuidados posteriores. Con eso, las probabilidades de alveolitis pueden reducirse considerablemente.
Movimiento Sonrisas: la garantía de un buen tratamiento
La alveolitis post-extracción es una experiencia dolorosa, pero afortunadamente tiene solución rápida una vez que se identifica. Si usted o algún familiar sufre un dolor intenso tras la extracción de un diente, no dude en buscar atención odontológica pronto.
En Movimiento Sonrisas, estamos preparados para atender urgencias odontológicas en Lima, Perú, incluyendo alveolitis, y brindar el alivio que necesita. Nuestro compromiso es acompañarlo en cada paso de su salud dental, desde la prevención hasta resolver cualquier complicación con empatía y profesionalismo.
Contáctenos si requiere ayuda; su comodidad y bienestar son nuestra prioridad, y queremos que vuelva a sonreír sin dolor lo antes posible.
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