La ortodoncia infantil busca corregir a tiempo desórdenes en la posición de los dientes y la mordida. Los especialistas recomiendan que el niño tenga su primera revisión ortodóntica alrededor de los 5 o 6 años. A esa edad ya han salido varios dientes permanentes, pero aún hay crecimiento óseo que se puede guiar. Detectar problemas al inicio hace que las correcciones sean más sencillas y rápidas.
No siempre es necesario colocar frenos tan pronto. A veces basta con un tratamiento interceptivo precoz (por ejemplo, quitar algún diente de leche que retrasa o colocar expansores de paladar) antes de la ortodoncia tradicional. Cada caso es diferente, pero lo importante es actuar antes de que los problemas se agraven.
Los frenillos tradicionales de metal o cerámica son comunes en niños mayores. Para pacientes aún muy jóvenes existen aparatos removibles o férulas expansoras del paladar. Sea cual sea el dispositivo, es vital mantener una buena higiene: cepillar cuidadosamente alrededor de los brackets e hilos después de cada comida.
Preguntas frecuentes:
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